Travis, un experto en tecnología brillante y maníaco, ha secuestrado el tren más elegante de Norteamérica
Con la ayuda de un puñado de mercenarios y con un despliegue de tecnología ultramoderna, convierte uno de los vagones en centro de mandos informatizado.
Desde allí, consigue controlar un satélite mortal, capaz de reducir a cenizas centenares de kilómetros.
Si el gobierno no acepta sus peticiones, entre ellas mil millones de dólares, la destrucción de la ciudad de Washington será inevitable.
Pero Travis tiene un problema, uno de los viajeros del tren resulta ser un excocinero de talento letal, nada más y nada menos que el exmarinero Casey Ryback (Steven Seagal), en cuyas manos se encuentra el destino de tres millones de personas.